Ayer se daba a conocer la noticia de que Ona Carbonell realizará su nuevo ejercicio de natación artística sincronizada, durante la prueba de la FINA World Series que se disputa en Barcelona a partir de mañana, y para el cual se ha inspirado en el discurso que pronunció Nelson Mandela durante la ceremonia de los premios Laureus en el año 2000.

 

«El deporte tiene el poder de cambiar el mundo. Tiene el poder de inspirar; tiene el poder de unir a las personas de una manera muy especial y única. Habla a los jóvenes en un idioma que entienden. El deporte puede crear esperanza donde solo había desesperación. Es más poderoso que los gobiernos para derribar las barreras raciales. Se burla de todos los tipos de discriminación.”  Nelson Mandela

 

En este discurso Mandela habla de esperanza, la misma que me da a mí para creer que los líderes del siglo XXI podrían adoptar e inspirarse también en un sistema de valores como los del gran Mandela.

 

Por más de 20 años trabajé codo a codo al lado de Presidentes y Directores Generales de empresas nacionales de enorme peso e influencia, y para compañías internacionales con extensa presencia mundial.

 

De la mayoría de ellos, salvo uno, tengo el recuerdo de los súper héroes sabelotodo, que desde su despacho mandaban, dirigían e incluso protegían a los que les seguían desde la comodidad de asegurarse el puesto y algunos beneficios y privilegios extras.

 

También los recuerdo tomando decisiones sin ninguna gestión emocional, desde el enfado, la frustración, la venganza, el orgullo, la ausencia, la propia desmotivación, el miedo, la manipulación y la soledad, entre otros; sin detenerse un segundo a considerar el impacto en cascada de esas decisiones, y no sólo en la empresa, sino hasta el bebé de algún empleado, que acababa de nacer. Sí, las decisiones son de gran alcance, no sólo para quien las toma.

 

Casi por pura evolución, el liderazgo hoy está cambiando, se requieren otro tipo de líderes para el siglo XXI, los programas de desarrollo de liderazgo basados en modelos de éxito en el siglo XX, ya no funcionan para un mundo que era, y no el que es, o el que está por venir.

 

Según la Consultora Americana BCG, se realizó un estudio a más de 4000 empresas para medir la efectividad de sus programas de desarrollo de liderazgo. El resultado fue que en más del 57%, se encontraron brechas de talento significativas para ocupar cargos directivos críticos. Esto quiere decir que más de la mitad de las compañías han fallado en formar grandes líderes.

 

Nelson Mandela se adelantó a su tiempo en su contexto político, social y económico.

 

Tomemos nota.

 

Leticia Morales