No queremos exponernos, nos incomoda la vulnerabilidad porque nos deja desnudos ante nuestro ego, nos muestra al mundo tal cual somos.

Repetimos una y otra vez que deseamos la verdad, ¿la de quién, según quién?. No paramos de adoptar máscaras y personajes, aprendemos a interpretarlos según el momento y situación; pero un día nos cansamos, las máscaras terminan por caerse y los personajes también, porque no hay de dónde se sujeten, no hay solidez, no hay fundamento.

Las corazas han tenido su intención buena, te han protegido y han tenido su valor, pero para vivir una vida auténtica haz de tomar el timón de tu vida con decisión y compromiso hacia ti mismo.

Ahora es el momento de reconectarte con la fortaleza de tu corazón, desde donde podrás vivir conectado a tu fuente de amor, serenidad y poder, sabiendo gestionar cada situación que se presente día a día en tu vida.

Comparte ésta entrada