Hola otra vez! Gracias por haber visto el breve video y haberte inscrito a mi canal, y además haberlo compartido, por si le fuera de ayuda a alguien más.

Aquí tienes el relato completo sobre mi sueño con un delfín.

Es un sueño que tuve en la adolescencia y que al día de hoy cuando pienso en él, como aquella mañana al despertarme, sigo sintiendo la misma alegría y cariño, por su belleza y significado.

Recuerdo cada color, temperatura, brillo y sensaciones.

Es una memoria, que a veces, me ha hecho preguntarme si seguimos un guion ya escrito, y simplemente vamos tomando las decisiones que nos conducen a un destino.

Y, ¿qué pasa entonces con el libre albedrío?

Soy un ser que sabe por propia experiencia, que cada decisión tendrá un impacto en el devenir de la vida, y por ello –dependiendo el caso, recomiendo soltar la prisa a la hora de tomar decisiones bajo un estado emocional inapropiado en ese momento para nosotros mismos, y en consecuencia, para los que nos rodean.

Hoy te puedo decir que este sueño fue casi una premonición en mi vida, y me revelaba ya uno de los motores en mí, que es, la perseverancia.

Te lo cuento.

Era un día de luz y sol, mi amiga y yo nadábamos en el mar, era de un azul esmeralda cristalino y brillante, podría decir que era medio día. Hacía calor, el agua aunque templada, nos refrescaba.

Habíamos salido de una isla y nos dirigíamos a otra que parecía estar casi enfrente, hacía la derecha. Íbamos ya cansadas, de tramo en tramo, parábamos un momento para descansar, y seguíamos otro poco, y así, hasta que ella en una de las paradas, me dijo que no podía continuar, que estaba agotada y que volvía.

Además  la corriente se había hecho un poco más fuerte y la teníamos en contra nuestra.

Ya no nos quedaba mucho para llegar, la intenté convencer haciéndole ver, a ojo, la distancia entre una y otra isla, ella argumentaba que la corriente la ayudaría a volver, al tenerla a favor y no en contra.

En la isla que habíamos dejado atrás, había gente que nos gritaba para animarnos, nos decían: “¡vamos chicas, ya casi habéis llegado, os queda poco, vamos, vamos!”.

No hubo manera de persuadirla, y la vi darse media vuelta y regresar.

Yo decidí seguir, aunque después de algunas pocas brazadas parara para descansar, dentro de mí sabía que lo conseguiría –ni idea cómo, porque la fatiga ya era extrema.

En una de las paradas que hice, de repente sentí con asombro, que algo muy suave me deslizaba dirigiéndome hacia la isla que ya se veía, pequeña, vacía, sólo con algunas palmeras.

Iba sentada sobre algo ¡pero no sabía qué!

Lo que fuera me sentó sobre el borde de la isla, entonces ese sofá bajo la superficie del mar, salió del agua, ¡era un delfín!, ¡un delfín precioso y feliz! que saltaba una y otra vez enfrente de mí, yo no podía sentirme más sorprendida, contenta y me reía con él, y le agradecía.

Él con medio cuerpo fuera, como bailando frente a mí, feliz, me dijo: “esto ha sido porque decidiste continuar y pese al cansancio, no te rendiste. Además te queremos mucho porque aun tienes familia entre nosotros”.

Y me desperté.

¿Es que fui un delfín en alguna vida pasada?, podría ser, no lo sé.

Ahora que lo escribo siento todavía más profundo todas esas sensaciones vivas en mí.

Gracias por leerlo hasta el final.

Compártelo si crees que a alguien le gustaría, y le sirviera de ayuda, porque ese es mi propósito: serte útil.

Muchas gracias!

El dibujo lo ha hecho Aline Priori Medina (12 años). ¡Gracias Aline!

¿Quieres conectar con tu perseverancia, y además vivirla en tu comportamiento cotidiano?

¿Quieres conocer y producir los estados emocionales que más te convienen a la hora de tomar decisiones?

¡Contáctame!, ya he transitado por esos puertos, puedo acompañarte. Toma el timón de tu vida.

Feliz día,

Leticia Morales